Tres poemas del libro TEORÍA DE LA NIEBLA de Alicia Salinas.

Venus en virgo

Durante el reposo en el vientre de la casa,

ballena que nos ha tragado,

encendemos el fuego, se agitan los mares

o los vientos de la noche —es lo mismo

en la soledad del tiempo dado vuelta—.

¡Y qué invierno más largo, qué aguas

ansiosas de mecerse, qué necesidad

de cerrar los ojos y olvidarlo todo!

Mejor esperar

la exhalación que devuelva

a la preciosa vida de las mareas.

Fluir de los días, brote

llamando desde la tierra

La casa de tela

Quienes se quejan de levantarse temprano

deberían probar el silencio:

nunca se sabe si hay un insomne

enfrente de una palabra vacua.

Una mujer y un hombre miran durante años

la bovedilla del cielo raso; comienza negro

y a medida que la noche desfallece

se integra a su color verdadero

como en una secuencia impresionista.

Ella siente su cuerpo tan pesado,

tan al borde del colapso, que no puede

traducir la inexistencia de la luz.

Sueña con dormir mientras trasiega

el mundo, el ojo clavado en el doblez

de un techo que se ha ido poniendo

bajo y grácil, tan cruel como un pañuelo.

Poema de «Las voces» del libro Teoría de la niebla de Alicia Salinas-

Mientras suena Nina Simone

Se vive el mismo momento una y otra vez.

Si parece ayer cuando miraba

la puerta blanca a las tres de la tarde,

en la tibia resolana de mayo.

Sentía entonces la potencia de la vida,

más que la sangre: su influjo,

lo dado y lo perdido, el precioso barniz

que la felicidad entregó a préstamo.

Claro, es la ventana de entonces

la que refleja el tono del poema,

la lengua y una nube pasajera

ensombreciendo.

Poema de «Las formas» del libro Teoría de la niebla de Alicia Salinas-

Flyer LecturaAS

Deja un comentario