Venus en virgo
Durante el reposo en el vientre de la casa,
ballena que nos ha tragado,
encendemos el fuego, se agitan los mares
o los vientos de la noche —es lo mismo
en la soledad del tiempo dado vuelta—.
¡Y qué invierno más largo, qué aguas
ansiosas de mecerse, qué necesidad
de cerrar los ojos y olvidarlo todo!
Mejor esperar
la exhalación que devuelva
a la preciosa vida de las mareas.
Fluir de los días, brote
llamando desde la tierra
La casa de tela
Quienes se quejan de levantarse temprano
deberían probar el silencio:
nunca se sabe si hay un insomne
enfrente de una palabra vacua.
Una mujer y un hombre miran durante años
la bovedilla del cielo raso; comienza negro
y a medida que la noche desfallece
se integra a su color verdadero
como en una secuencia impresionista.
Ella siente su cuerpo tan pesado,
tan al borde del colapso, que no puede
traducir la inexistencia de la luz.
Sueña con dormir mientras trasiega
el mundo, el ojo clavado en el doblez
de un techo que se ha ido poniendo
bajo y grácil, tan cruel como un pañuelo.
Poema de «Las voces» del libro Teoría de la niebla de Alicia Salinas-
Mientras suena Nina Simone
Se vive el mismo momento una y otra vez.
Si parece ayer cuando miraba
la puerta blanca a las tres de la tarde,
en la tibia resolana de mayo.
Sentía entonces la potencia de la vida,
más que la sangre: su influjo,
lo dado y lo perdido, el precioso barniz
que la felicidad entregó a préstamo.
Claro, es la ventana de entonces
la que refleja el tono del poema,
la lengua y una nube pasajera
ensombreciendo.
Poema de «Las formas» del libro Teoría de la niebla de Alicia Salinas-